
La descarbonización en la producción de vapor en la industria agroalimentaria
La descarbonización de la producción de vapor en la industria agroalimentaria se ha convertido en un pilar central para avanzar hacia prácticas sostenibles y reducir la huella de carbono en un sector altamente dependiente del consumo energético.
A medida que el compromiso con el cambio climático crece, empresas en el sector agroalimentario están buscando soluciones para reducir las emisiones de CO₂ de sus procesos térmicos, esenciales en operaciones como la cocción, pasteurización, y limpieza.
Este artículo explora las estrategias y tecnologías clave para la descarbonización de la producción de vapor, incluyendo el uso de Certificados de Ahorro Energético (CAEs) y tecnologías de electrificación directa, que están ayudando a la industria a dar pasos significativos hacia una operación más limpia y rentable.
¿Qué es la descarbonización en la industria y por qué es crucial?
La descarbonización en la industria agroalimentaria consiste en reducir drásticamente, o incluso eliminar, las emisiones de carbono en procesos industriales, específicamente en la generación de vapor, que es esencial para múltiples aplicaciones en este sector.
Al sustituir el uso de combustibles fósiles por tecnologías de electrificación limpia, la industria no solo disminuye su impacto en el cambio climático, sino que también abre oportunidades para una mayor eficiencia, ahorro y acceso a incentivos financieros.
Adoptar medidas de descarbonización es fundamental tanto para reducir los efectos del cambio climático como para cumplir con normativas medioambientales cada vez más estrictas.
Además, reduce los riesgos asociados a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, generando a largo plazo beneficios económicos y de reputación en el mercado.
El rol de los certificados de ahorro energético (CAEs) en la descarbonización
Los Certificados de Ahorro Energético (CAEs) son una herramienta clave para que la descarbonización en la agroindustria sea económica y viable.
Estos certificados son documentos que certifican el ahorro de energía conseguido a través de la implementación de prácticas y tecnologías de eficiencia energética, donde cada CAE equivale a 1 kWh de energía ahorrada.
Al implementar medidas para la reducción de energía, las empresas pueden obtener estos certificados, que no solo respaldan sus esfuerzos de sostenibilidad, sino que también permiten acceder a financiamiento y beneficios económicos.
Así, los CAEs facilitan el desarrollo de proyectos de descarbonización en las empresas agroalimentarias, permitiendo adoptar tecnologías como las de electrificación directa sin que el coste inicial represente un obstáculo.
Tecnologías de electrificación directa para la producción de vapor en la industria agroalimentaria
La electrificación directa es una solución eficaz y cada vez más utilizada para reducir las emisiones de carbono en la producción de vapor en la industria agroalimentaria.
Las tecnologías de electrificación que están ayudando en esta transición incluyen las bombas de calor, calderas eléctricas, calefacción por resistencia eléctrica y almacenamiento de energía térmica (TES). A continuación, se detalla el funcionamiento y beneficios de cada tecnología en el contexto agroindustrial.
Bombas de calor: eficiencia en procesos de baja y media temperatura
Las bombas de calor son una de las tecnologías más eficientes para la descarbonización en aplicaciones de baja y media temperatura, alcanzando hasta 160 °C.
Este sistema extrae y transfiere calor, usando la energía de fuentes como el aire, el agua o el suelo.
Su rendimiento es notablemente alto, con un Coeficiente de Rendimiento (COP) que puede llegar hasta el 600%.
Esta eficiencia energética hace que las bombas de calor sean ideales para procesos en la industria agroalimentaria como la cocción y pasteurización de alimentos.
La capacidad de las bombas de calor para aprovechar el calor residual de otros procesos permite reducir los costes operativos y maximizar el ahorro energético.
Aunque la instalación inicial puede ser costosa, el uso de incentivos como los CAEs facilita su implementación en empresas del sector.
Calderas eléctricas: control de temperatura preciso y adaptabilidad
Las calderas eléctricas son otra alternativa sostenible que convierte electricidad en calor mediante resistencias.
Este sistema es ideal para aplicaciones que requieren un control de temperatura preciso y es compatible con un amplio rango térmico (60 °C a 195 °C), por lo que es comúnmente utilizado en el procesamiento de alimentos y bebidas.
Además de ofrecer una instalación relativamente simple, las calderas eléctricas proporcionan una operación limpia y sin emisiones directas.
Sin embargo, sus costes operativos pueden ser elevados debido al precio de la electricidad, lo cual las hace especialmente dependientes de incentivos y programas como los CAEs para mejorar su rentabilidad en el sector agroalimentario.
Calefacción por resistencia eléctrica: calor rápido y localizado
La calefacción por resistencia eléctrica es una tecnología ideal para el calentamiento localizado y rápido, alcanzando temperaturas de hasta 1,200 °C.
Este sistema es fundamental en procesos como el horneado, la fritura y el secado en la agroindustria, donde se requiere un control preciso y rápido de altas temperaturas.
Si bien la calefacción por resistencia eléctrica tiene costes de operación relativamente altos debido a su consumo eléctrico, su capacidad para alcanzar altas temperaturas de forma casi instantánea la convierte en una solución atractiva para aplicaciones específicas.
Además, los CAEs pueden ayudar a mitigar los costes de operación, impulsando su adopción en el sector.
Almacenamiento de energía térmica (TES): solución para el balance energético
El almacenamiento de energía térmica (TES) permite a las empresas almacenar energía en forma de calor para su uso posterior, equilibrando así la oferta y demanda energética.
Utilizando materiales como agua, sales fundidas o materiales de cambio de fase, el TES es especialmente útil en sectores que requieren una fuente constante de energía, como es el caso de la industria agroalimentaria.
El TES permite a las empresas almacenar calor generado en horas de menor coste o en picos de producción de energía renovable, usándolo posteriormente en los momentos de mayor demanda.
Aunque su implementación requiere una inversión inicial considerable, el TES permite una mayor estabilidad en los costos energéticos y reduce la dependencia de los combustibles fósiles. Además, con el apoyo de los CAEs, las empresas pueden recuperar parte de la inversión en un plazo de tiempo menor.
Ventajas de la electrificación directa en la descarbonización
La electrificación directa en la industria agroalimentaria ofrece numerosas ventajas en términos de sostenibilidad y eficiencia.
Uno de sus principales beneficios es la reducción directa de las emisiones de CO₂, especialmente cuando la electricidad utilizada proviene de fuentes renovables. Esto permite a las empresas mejorar su perfil ambiental y cumplir con regulaciones más estrictas en materia de emisiones.
La flexibilidad que ofrecen las tecnologías eléctricas en cuanto al control de temperatura y velocidad de calentamiento es otra ventaja clave en el sector agroalimentario, donde la precisión es fundamental.
La posibilidad de ajustar los niveles de calor y de adaptarse a las especificaciones de cada proceso optimiza tanto la eficiencia operativa como los costes de producción.
Asimismo, los CAEs y otros incentivos financieros facilitan el financiamiento de estas tecnologías, haciendo la electrificación directa más accesible para las empresas del sector.
Esto convierte a la descarbonización en una opción atractiva desde el punto de vista económico y ambiental.
Desafíos y soluciones para la implementación de tecnologías de electrificación
A pesar de sus ventajas, la implementación de tecnologías de electrificación directa enfrenta desafíos que incluyen el alto coste inicial, la intermitencia de las fuentes de energía renovables y la resistencia al cambio organizacional.
Coste inicial
Muchas de las tecnologías de electrificación, como las bombas de calor y el TES, requieren una inversión inicial significativa. Los incentivos como los CAEs ayudan a reducir estos costos, facilitando la adopción de tecnologías limpias.
Intermitencia energética
La disponibilidad de electricidad renovable puede variar, afectando la viabilidad de la electrificación en algunas regiones. El almacenamiento de energía, como el TES, permite aprovechar al máximo las fuentes renovables, acumulando calor para su uso posterior.
Resistencia organizacional
Cambiar a tecnologías de electrificación requiere capacitación y adaptación en los procesos. Fomentar una cultura de sostenibilidad y ofrecer formación al personal son estrategias esenciales para superar esta barrera.
Caso práctico: cómo los CAEs están apoyando la descarbonización en el sector agroalimentario
Los Certificados de Ahorro Energético (CAEs) representan una herramienta clave para financiar la transición hacia una producción más limpia en la agroindustria.
Un ejemplo práctico es el caso de una planta de procesamiento de alimentos que optó por instalar bombas de calor para reducir el consumo de gas natural.
Al implementar esta tecnología, la planta certificó los ahorros de energía obtenidos, logrando acceder a financiamiento a través de CAEs.
Esto no solo le permitió compensar parte de los costes de implementación, sino también invertir en mejoras adicionales que optimizan su eficiencia energética.
Conclusión: hacia una producción de vapor más limpia y sostenible en la agroindustria
La descarbonización en la producción de vapor para la industria agroalimentaria es un objetivo alcanzable y necesario en el contexto actual.
Con tecnologías como las bombas de calor, calderas eléctricas, calefacción por resistencia y almacenamiento de energía térmica, junto con los incentivos como los CAEs, las empresas del sector pueden reducir significativamente su huella de carbono y mejorar la sostenibilidad de sus operaciones.
El avance hacia una producción de vapor limpia no solo beneficia al medio ambiente, sino que también genera una ventaja competitiva y económica para las empresas comprometidas con la sostenibilidad. Con un enfoque estratégico, apoyo financiero y una visión a largo plazo, el sector agroalimentario puede lograr una transformación hacia prácticas más responsables y sostenibles.
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